Es oficial: Kinect ha muerto. En una entrevista exclusiva concedida por el creador de Kinect, Alex Kipman, al medio Co.Design, Microsoft ha anunciado que deja de fabricar su dispositivo de control por movimiento. Hasta la fecha había vendido un total de 35 millones de unidades.
Si bien disfrutó de un exitoso lanzamiento en el año 2010 para Xbox 360, Kinect pronto empezaría a estancarse y recibir multitud de críticas por parte de los usuarios, como las referentes a la supuesta falta de privacidad.
En el año 2013, con la llegada de Xbox One, un Kinect completamente integrado en la consola evolucionó sus capacidades técnicas, pero las novedades funcionales en cuanto al terreno jugable se mantenían casi sin evolución.
Más molesto que útil para un importante número de usuarios, el cuestionar la utilidad de Kinect estaba a la orden del día. No obstante, el comienzo del fin no llegaría por parte de los jugadores, sino como producto de la propia Microsoft. Kinect estaba en un segundo plano, sin novedades ni juegos, y Microsoft tenía que realizar una apuesta arriesgada, o dar el hachazo final.
Finalmente, los de Redmond optaron por sentenciar a Kinect con el lanzamiento de una Xbox One sin el citado dispositivo y, posteriormente, al quitarle la exclusividad de funcionalidades como Cortana, que finalmente podrían utilizarse con unos cascos conectados al mando de la consola.
Aunque ya no quede ningún stock en las tiendas de Microsoft, y el dispositivo no siga fabricándose, desde Microsoft aseguran que seguirán dándole soporte y asistencia técnica.
La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿Tendrá Microsoft más suerte con las revolucionarias HoloLens?