Años son los que nos hemos pasado jugando a consolas… una tras otra: desde la primera máquina de bar hasta nuestra primera consola en casa, llegando a tal punto que, casi sin darnos cuenta, hemos desarrollado una intuición que nos indica cómo iniciarnos en cada uno de estos juegos. Agarramos el mando, probamos botones y avanzamos, el resto fluye sólo, como quien, con saber conducir un coche, sabe conducir casi cualquier cosa.
Pero ¿cómo es esto posible?, ¿cómo es que simplemente con verlo sepamos cuál es el monstruo final, cuáles son sus secuaces más fuertes y cuáles los más débiles?. La respuesta es simple: ahorro. Y es que, todos y cada uno de estos juegos tenían puntos en común, la imperiosa necesidad de ahorrar espacio. Demos unos cuantos pasos hacia atrás, por ejemplo, pongamos uno de mis juegos favoritos: Golden Axe.
Golden Axe marcó una época: cientos de fans de la fantasía épica se bañaron en gloria con esta fantástica pieza, y es que no era para menos; nada más empezar podías elegir con quién iniciar tu aventura: ¿jugar sólo o con un amigo? Las que tenías aseguradas… ¡eran las ganas de empezar a jugar!. Así que volvamos allí, hemos elegido personaje, probado todos los botones y ¡es la hora de las tortas!
Ahí están, esos gemelos de armadura verde, los cuales no nos van a durar lo suficiente (¡que pena!). Monstruos, humanoides, ¡tollinas a tutiplén!, avanzamos, vencemos y pasamos una fase tras otra hasta que…
Aquí están otra vez, ¿es que se han cambiado de ropa y han vuelto?, ¿cómo es que ahora son más fuertes? ¿Y cómo es que me había imaginado que serían más fuertes solo con verlos?, ¿por qué en vez de crear nuevos enemigos debemos vencer a los mismos con diferente color?. Una de las cosas que sabemos por excelencia de nuestros queridos juegos es que los enemigos del mismo tipo de diferente color con más fuertes que el anterior, pero, ¿por qué ocurre esto?. Como ya dije antes: el ahorro.
Y es que, se nos olvida la parte mas evidente de estas joyas y es que la cantidad de espacio disponible para crear juegos era muy limitada, tanto así, que necesitaron de agudizar el ingenio para que pudiéramos pasarnos horas y horas viciados.
Crear nuevos sprites resultaba mucho menos rentable que reciclar los mismos, esta era la única manera de tener fases y fases de diversión. Si no fuera por estos pequeños detalles… en apenas una hora nos podríamos haber acabado el juego.
¿Y vosotros que preferís?, ¿menos fases y más enemigos? ¿o viceversa?.
Curiosidad plus: Los sonidos de los gritos del Golden Axe eran gritos digitalizados de la película Conan el Bárbaro y Acorralado.